12-12-2018 (Fuente: La Nueva España)
Una de las jugadas que mejor representa el crecimiento y el desparpajo de Riki Rodríguez se vivió en la primera mitad del duelo ante el Tudelano. El centrocampista recoge la pelota, dribla a dos jugadores del cuadro navarro con una ruleta y juega hacia adelante para dar salida a su equipo. A sus 21 años, este centrocampista ovetense ha explotado en el Langreo, que navega por aguas tranquilas en la categoría de bronce tras ascender el verano pasado.
No importa que sea su primera temporada en Segunda B, una categoría a la que el propio Riki reconoce que se ha adaptado a la perfección. "Intenté hacerlo lo más rápido posible, pero aún queda toda la segunda vuelta para seguir trabajando y aprendiendo". El centrocampista nunca había pisado la categoría de bronce. "La diferencia con Tercera es el ritmo que le meten a los partidos, algo que me llamó la atención en los primeros encuentros", admite. Una vez dado ese paso, el futbolista del Langreo también apunta que "aquí se juega en campos de entidad como El Sardinero, Anduva, Lasesarre, Las Gaunas...". Unos escenarios que ya empiezan a descubrir a Riki Rodríguez.
Bien en el doble pivote o bien en la mediapunta, el jugador ovetense es una pieza fundamental para la creación del Langreo. "Me encuentro cómodo en los dos sitios, pero todo depende del partido; a veces prefieres jugar un poco más atrás si los rivales aprietan y en otras ocasiones es más positivo estar más adelantado".
Riki tuvo que decir adiós a la cantera del Real Oviedo tras culminar la etapa de juveniles. Primero en el Tineo y el año pasado en el Marino de Luanco siguió creciendo como jugador. "No me arrepiento de nada, de ninguno de los pasos que he dado", afirma. El futbolista apunta que tener que abandonar la cantera del Oviedo es "algo complicado, ya que llevaba mucho tiempo allí y piensas que el fútbol se reduce a lo que hay allí". Pese a todo, abrió los ojos. "Te das cuenta de la realidad, hay más mundo y a veces toca dar un paso hacia atrás para luego dar dos adelante", dice para admitir que en Tineo y en Luanco estuvo "muy contento". Hasta la fecha, el centrocampista ha anotado dos goles en Liga. "Tuve oportunidades para hacer alguno más, pero estoy satisfecho", reconoce. Riki asegura que, pese a disfrutar repartiendo asistencias a sus compañeros, la sensación del gol es "inigualable, cualquier jugador al que le preguntes te va a decir esto".
El papel de los veteranos de la plantilla langreana está resultando determinante para el crecimiento de Riki. "Ayudan mucho en las distintas fases del partido, en un futuro me gustaría ejercer ese rol y poder ser un referente para los jugadores jóvenes", dice.
El técnico, un Hernán Pérez que fue clave en su llegada a Langreo, le pide al ovetense "que juegue, que intente hacer goles y ayudar al equipo". También mantiene conversaciones periódicas con Michu, director deportivo de los de Ganzábal, "al que siempre tuve como ídolo y del que intento acatar todo lo que me diga". El centrocampista está cómodo en un club al que define como "familiar y cercano".
El Langreo ya supera los 20 puntos antes de llegar al parón navideño, una cifra que el propio Riki reconoce que "muchos habríamos firmado antes de empezar". Una parte de la culpa la tiene un pequeño y talentoso centrocampista que ha encontrado su sitio en Ganzábal y se está haciendo con la manija del centro del campo. El Langreo baila al ritmo de Riki Rodríguez.
https://www.lne.es/deportes/2018/12/12/ritmo-riki-rodriguez-18611327.html