01-03-2021 (Fuente: El Comercio)
Ángel Rodríguez Nebreda (León, 1972) eligió el Unión Popular de Langreo para su primer experiencia como primer entrenador después de muchos años como auxiliar de Paco Herrera. La trayectoria de los azulgrana le hace ser optimista de cara al desenlace de la competición de Segunda B.
-¿Cómo analiza la primera parte del campeonato, hasta el mercado de invierno?
-Bastante buena. Podíamos pensar, incluso, que por encima de nuestras posibilidades en algunos momentos. Empezamos con unos resultados muy positivos, afrontando los partidos con ambición y, a partir de ahí, llegó el mercado de diciembre, donde se nos fueron dos jugadores muy importantes para nosotros.
-¿Entiende que es algo normal?
-Economicamente es muy difícil que a un club de Segunda B se le paguen traspasos por dos jugadores. Es una inyección económica importante con la que no contábamos.
-¿Deportivamente lo asume?
-El hecho de que se traspasen dos futbolistas indica que estaban rindiendo a un buen nivel. Era algo que podía suceder en un equipo en el que jugó gente muy joven como Pana o Davo.
-¿Cómo ve el nivel del grupo?
-Es un grupo donde se pensaba que los castellanos lo iban a llevar de calle, y se está viendo que todos están pasando dificultades y que equipos que en un principio podían contar menos hemos conseguido estar arriba casi todo el año.
-¿Sería distinto vivirlo con toda la afición en Ganzábal?
-Tengo 150 personas detrás de mí y otras tantas enfrente. A mí me gustaría que Ganzábal fuera una olla a presión, no me quiero marchar de aquí sin saber lo que es la afición del Unión porque todo lo que me hablan son maravillas, y es una afición que cuando el equipo no va bien, agradecen el esfuerzo de los futbolistas y empujan. Estoy seguro que la afición hubiese jugado un papel importante.
-Quedan tres finales por delante. ¿Es optimista?
-Tenemos que focalizar nuestras fuerzas en el próximo partido que es en León en un campo que va estar bien para hacer un buen fútbol y a ver si somos capaces de quitarles la pelota y afrontar el partido con garantías.
-Y eso lo dice un leonés...
-Sí, nacido en León , muy cerca de la catedral, pero defiendo al Langreo a capa y espada y lo que me gustaría es ver a un equipo con personalidad, con intensidad, apretándoles, como el partido que jugamos en casa.
-¿Mira de reojo al otro grupo?
-Nada. Lo único que me interesa es el próximo rival y eso es lo que centra toda mi atención.
-¿Qué tal se han adaptado las últimas incorporaciones? ¿Ha podido subsanar la baja de futbolistas que eran claves?
-Davo era una pieza fundamental porque nos estaba aportando mucho y por lo generoso que era en el esfuerzo, aparte de la velocidad que tenía, eso hacía que el lateral del rival no saliera casi de su área, necesitábamos un jugador parecido, pero en diciembre eso es muy difícil. Al final apostamos por la velocidad de Fontaine. En el centro del campo vino Álvaro Muñiz y Christian, que está lejos de su mejor forma pero estoy seguro de que tiene fútbol.
-Han pasado algunos meses desde que tomara la decisión de separarse de Paco Herrera. ¿Cree que tomó la decisión correcta?
-Sin duda. Decidí seguir mi propio camino y el Langreo me ofreció la posibilidad de empezar aquí una nueva etapa. A día de hoy estoy muy satisfecho con el equipo, con lo que se ha hecho a nivel deportivo y la unión que existe. Aquí todos arriman el hombro para suplir las carencias de infraestructuras que puedan existir.
-Se le ve muy implicado en el día a día. ¿Se ha confeccionado esta plantilla con aquellas piezas que quería el entrenador?
-Cada nombre que la dirección deportiva ha puesto encima de la mesa tiene que ir de la mano del entrenador. Cada incorporación debe ajustarse a la propuesta futbolística o la idea de fútbol que tenemos. Con las limitaciones económicas que tenemos, traer jugadores que no se ajusten a las necesidades del equipo sería algo contraproducente.