13-05-2024 (Fuente: La Nueva España)
Javi Vázquez (Madrid, 1986) atiende por teléfono a LA NUEVA ESPAÑA desde su casa, en San Sebastián de los Reyes, donde se lame las heridas después de ver frustrado un sueño que durante muchas semanas fue una realidad: clasificar al Langreo al play-off de ascenso a Primera Federación. Aún en plena descompresión emocional, emana de la voz del técnico la melancolía del que puede estar viviendo el final de un tiempo inolvidable.
–Acaba el partido contra el Cayón, ganan, pero el Rayo Cantabria cumple contra el Compostela y se quedan fuera del play-off por un punto. ¿Qué se le pasa por la cabeza en ese momento?
–Fue una sensación agridulce tirando a triste. La afición estuvo bestial durante toda la temporada, el equipo también, pero no pudo ser. Creo que no fue cosa de ese domingo, sino de los dos partidos en Ganzábal que no pudimos sacar adelante contra Valladolid Promesas (derrota) y Zamora (empate). Nos queda el orgullo de haber hecho un año espectacular, pero sentía que lo teníamos muy cerca, estaba tan convencido de que lo íbamos a lograr que no puedo evitar sentir un vacío. Si el Rayo hubiese ido ganando 3-0 al descanso, pues bueno, lo aceptas, pero el Compos se puso por delante…
–¿Qué les faltó para alcanzar la promoción?
–¿Sabe qué pasa? Que, viendo nuestros resultados de la segunda vuelta, quizá se pueda pensar que lo que nos faltó es haber sumado en casa. Pero es que fuera fuimos los mejores en los últimos meses, llevábamos ritmo de equipo campeón, y eso tampoco es normal. Creo que hemos puesto todo lo que había que poner para conseguirlo. Puede que nos faltase ese factor suerte el día del Zamora, ese fuera de juego en el gol de Nané… Pequeños detalles en esos dos partidos que le comentaba antes contra Valladolid Promesas y Zamora; habiendo ganado uno de esos dos nos habríamos metido. No tengo la sensación de que nos haya faltado esto o lo otro como equipos. Hemos estado muy por encima de nuestras posibilidades.
–Habla de la falta de resultados en Ganzábal, donde su última victoria fue en diciembre.
–Es algo en lo que he intentado pensar estos días después de la temporada, y que ya venía reflexionando estos meses. Puede que sea consecuencia de que, como hemos estado arriba desde el principio, los equipos cambiaban su forma de jugar cuando venían a Ganzábal, nos respetaban más, y planteaban bloques bajos para cerrarnos los espacios y hacernos los partidos más complicados. Los rivales conseguían corrernos, y en partidos como el del Cova o el Avilés nos hicieron daño al contragolpe. Aun así, hubo muchos puntos en Ganzábal que se nos fueron por falta de puntería. Aunque es cierto que todas esas complicaciones en casa nos vinieron bien fuera, porque nos obligaron a mejorar en muchos aspectos.
–Siempre insiste en la importancia de disfrutar de los procesos. ¿Se lo ha pasado bien esta temporada?
–He disfrutado mucho. Es verdad que en las últimas semanas no disfruté todo lo que debería porque ya iba con la mentalidad de que no me valía otra cosa que no fuera el play-off, pero, independientemente de lo que pase en el futuro, mi experiencia en Langreo ha sido espectacular, me lo he pasado genial, como un enano. La gente del Langreo ha sido mi segunda familia, los considero mis amigos.
–Habla del Langreo en pasado. ¿No va a seguir?
–No sé, no sé. Es el mismo contexto que el verano pasado. En el Langreo he sido tremendamente feliz. Después de la semana de descanso que me he tomado después de la temporada, habrá que reflexionar y ver qué opciones surgen. Si sale algo que me pueda ayudar a dar un pasito en mi carrera, tendré que valorarlo. Y, si no, en el Langreo estoy muy a gusto, es mi casa. Si da esa sensación de que hablo en pasado por ese punto de tristeza por cómo ha acabado la temporada. El año pasado tuve la opción de salir y decidí quedarme. Esta vez puede darse otra vez esta situación, o a lo mejor mi carrera aquí ya ha finalizado, no se sabe.
–Su trabajo en el Langreo es para estar satisfecho.
–Estoy orgulloso de haber puesto la vida en ello. Me he podido equivocar en cosas, pero desde que llegué aquí he sido como he querido ser como persona y como entrenador. He hecho todo lo que está en mi mano para ayudar a los jugadores y al club. Tengo la conciencia tranquila.
–¿Qué ha aprendido sobre usted en estos dos años?
–Quizá esta temporada ha sido más liviana que la anterior, porque hemos estado arriba desde el principio. El año pasado aprendí que, aunque las cosas vayan mal, hay que seguir insistiendo. También aprendí a adaptarme a diferentes situaciones, a variar el modelo de juego cuando es necesario hacerlo. He crecido mucho como entrenador y como persona. Cuando llegué aquí no conocía a nadie, y tuve la fuerza de ser quien quería ser.
–¿Y sobre el club?
–He aprendido a poder gestionar muchas cosas, cada club tiene sus características. He aprendido a intentar no dejarme llevar cunado había mucho pesimismo en el entorno, en la afición, en los jugadores… Como entrenador, tienes mucha influencia a la hora de crear ambientes en el día a día del club. También he aprendido a no dejarme llevar por lo que otros piensan, y he corroborado que cuando hay unión y sentimiento de pertenencia es mucho más fácil conseguir grandes cosas.