21-08-2024 (Fuente: La Nueva España)
Pablo Acebal (Gijón, 1987) está viviendo su primera pretemporada como primer entrenador en el Langreo después de haber sido la mano derecha del anterior y (y muy exitoso) técnico, Javi Vázquez, las dos últimas temporada. Retirado en 2020, en Ganzábal vivió sus días más felices como futbolista, seis años divididos en dos etapas que dieron para mucho.
–¿Qué tal los inicios como entrenador jefe?
–Ya llevo varias semanas, me voy aclimatando a lo que supone ser primer entrenador. La verdad es que los dos años que he estado aquí como segundo ayudan, porque no todo está siendo nuevo para mí.
–Supongo que veremos un Langreo parecido al de Javi Vázquez.
–Ya lo dije en otras ocasiones, si el club decide apostar por alguien el que ha sido el segundo entrenador durante estos años entiendo, y así me lo transmiten, que la idea es dar continuidad a lo bueno que se ha hecho en este tiempo, aunque cada maestrillo tiene su librillo y no todo será igual, claro.
–¿Le puede llegar a pesar la comparación con el anterior entrenador?
–Las comparaciones son odiosas, no son buenas para uno ni para otro. He tenido la suerte de compartir estos dos años con Javi en los que he aprendido muchísimo tanto a nivel de juego como de gestión de grupo. Cogeré todo lo bueno que me ha aportado esta experiencia con lo que aprendí también como jugador e intentaré hacerlo lo mejor posible.
–Javi Vázquez era uno de los entrenadores más jóvenes de Segunda Federación y tú tienes tan solo 37 años. Al Unión no le da miedo apostar por la savia nueva.
–Esta política habla bien de lo busca club, y se traslada también a los jugadores jóvenes que vienen. Ya dije que no me va temblar la mano ni a mirar el DNI cuando haga las alineaciones. El club tiene el mercado que tiene y tenemos que tirar de jugadores con menos experiencia y con hambre por nuestras necesidades económicas. Lo mismo pasa con los entrenadores.
–La temporada pasada fue la mejor de su historia reciente. ¿Se ven capaces de repetirlo o incluso mejorarlo entrando en playoff?
–Somos conscientes de que es complicado repetir lo del año pasado, pero tenemos que ser ambiciosos. Si el año pasado me preguntan antes de la temporada si íbamos a luchar por el playoff, te hubiera dicho que no. Ahora diría que tampoco, pero si llega enero y vamos quintos, a lo mejor mi respuesta sería distinta. Vamos a ir día a día, partido a partido. Marcar objetivos en agosto es difícil. Vamos a ser humildes, pero con ambición.
–La categoría, como se demostró el año pasado, es muy pareja, con poca diferencia de puntos entre el descenso y el playoff. ¿Cuáles son esos detalles que marcan la diferencia en Segunda Federación?
–Habrá cuatro o cinco equipos un peldaño por encima en calidad y presupuesto. Este año, con el descenso del Numancia, el no ascenso de Compostela y Pontevedra… será un grupo muy duro. Para muchos otros equipos, el objetivo será la permanencia. La clave es ser estables y regulares, no volvernos locos cuando venga una mala racha, que vendrá. En esta categoría los empates tienen mucho valor, cada punto, cada acción cuenta. Está todo muy igualado y es muy duro, porque tienes que dejar a seis equipos por debajo para no bajar, pero el Langreo se ha ganado por méritos propios salir a competir en cualquier campo.
–Ha habido bajas dolorosas como la del goleador Nané y también otras muchas altas. ¿Está satisfecho con la plantilla?
–Sí, estoy contento. Priorizaba renovar al mayor número de jugadores posible. Primero porque se lo merecían después del año que hicieron, y también porque, egoístamente, me iba a ser más sencillo contar con jugadores que ya conozco, y ellos a mí, en mi primera experiencia. Soy consciente de que hemos tenido salidas duras como las de Iago Novo, Luis Sánchez o Nané, pero asumíamos que después de la temporada que habían hecho era probable que se marcharan porque iban a tener ofertas mejores. Pero hemos traído gente con hambre y ganas de progresar, muchos asturianos jóvenes, aunque creo que debería llegar algo más para completar la plantilla.
–¿Qué echa en falta?
–Nos falta algo en la parcela ofensiva: un jugador que pueda jugar en distintas posiciones del ataque y un hombre de banda que sea vertical.
–¿Qué recuerda de los tiempos como jugador en Ganzábal?
–Es la etapa que recuerdo con más cariño y donde más rendí en mi carrera. Le estoy eternamente agradecido a la afición por el cariño que me dio, ahora me toca devolvérselo con trabajo y sacrificio. Entrenar al Langreo para mí es un orgullo y una responsabilidad añadida porque siento que este es mi club: cuando deje de ser el entrenador, estaré en la grada de Ganzábal apoyando al equipo.
–Se retiró en 2020, cuando, después del confinamiento por el covid, se acordó el regreso del fútbol. Dijo que fue por prudencia, para no contagiarse.
–Se juntó un poco todo. Llevaba ya años entrenando en fútbol base y tenía claro que quería dedicarme a ser entrenador. Por desgracia, nos tocó vivir la pandemia y yo tenía personas mayores conmigo, así que decidí ser prudente. Además, no quería alargar más mi carrera, me quería centrar en lo de entrenar. No me arrepiento de la decisión que tomé, aunque siempre le digo a los jugadores que no hay nada más guapo que ser futbolista. Cuando les veo jugar un rondo o echar un partidillo en un entrenamiento, muchas veces me dan envidia.
–Se formó en las categorías inferiores del Sporting. Incluso llegó a jugar dos temporadas en el Sporting Atlético. Hábleme de su época en Mareo.
–Son años que te marcan. Entré con ocho y salí con 22. No solo jugué en el filial, sino que llegué a compartir día a día con el primer equipo. Eso a un chaval de Gijón le marca, lo recordaré toda la vida. Siempre le estaré agradecido al Sporting por formarme como futbolista y persona.
–¿Se quedó con la espinita de no haber debutado con el Sporting?
–El último paso hasta llegar al primer equipo es el más difícil. Esos años después de no ver que no alcanzas el objetivo puede ser frustrante, pero el tiempo pone a cada uno en su lugar y cuando salí de Mareo ya empecé mi carrera en Segunda B. Creo que eres mi lugar y estoy orgulloso de donde he llegado.
–¿Cómo ve al Sporting de Rubén Albés?
–Me gusta siempre ser optimista. La primera jornada no se dio como todos esperábamos, pero a estas alturas los equipos están aún por hacer y con fichajes pendientes. El Sporting que vimos contra el Levante va a ser distinto al de la jornada ocho. Hay que darle tiempo al equipo y al míster. Les deseo lo mejor.