23-06-2014 (Fuente: El Comercio)
La segunda mitad comenzó por los mismos derroteros, con un Langreo que intentaba llevar la iniciativa ante un rival correoso que presionaba en la salida del balón. Cristo, que había visto la amarilla por una mano, fue protagonista poco después, en el minuto 57, al dejarse caer claramente en el borde del área pequeña de Guillermo ante la llegada de Cristian, que ni le roza, cuando el atacante estaba en inmejorable posición para rematar a puerta.
En el minuto 77 de partido se produjo una gran internada por banda derecha de Pablo Acebal que se llevó con la cabeza el balón dentro del área. Cuando trató de central, el balón fue cortado por Mansilla con la mano, y el colegiado señaló la pena máxima a favor de los langreanos. El propio Pablo Acebal tomó la responsabilidad y cogió el balón. Sin dudar en su disparo desde los once metros, engañó a Manu en el lanzamiento y puso el uno a cero en el marcador.
Instantes después, el jugador visitante Mansilla se dejó caer dentro del área azulgrana, al aprovechar un barullo que se formó dentro tras un centro por alto, pero el colegiado no señaló nada y ordenó continuar.
Tangana y expulsión
A partir de ese momento, el partido entró en una dinámica de constantes interrupciones que beneficiaban a los asturianos. Una tangana en la banda izquierda acabó con la expulsión, por roja directa, de De la Cruz, tras agredir a un jugador langreano. Era el minuto 87. El árbitro añadió ocho minutos más al tiempo reglamentario, donde el Langreo pudo anotar el segundo, en una contra culminada por Chus Hevia, pero su remate se estrelló ante el guardameta rival.
Al final justa victoria del equipo que más la buscó y que, como premio, jugará la próxima temporada en Segunda B. El Unión Popular de Langreo.
El Unión Popular de Langreo es nuevo equipo de Segunda División B tras vencer ayer, en un abarrotado Ganzábal, al Mérida Asociación Deportiva. Los langreanos, con su merecida victoria, retornan doce años después a la categoría de bronce del fútbol español. El gol de Pablo Acebal, al transformar un penalti en el minuto 77, fue suficiente, junto al valiosísimo empate que los azulgranas habían logrado siete días antes en tierras extremeñas.
El equipo dirigido por el vegadense Pablo Lago dominó al Mérida desde el pitido inicial e incluso pudo haber ganado por más diferencia de lo que el marcador reflejaba al final. Los emeritenses no pudieron imponer en ningún momento su aparente superioridad técnica e incluso acusaron el césped sintético del renovado estadio langreano. Solo en su favor se puede destacar un posible penalti no señalado sobre Mansilla. Al señalar el cántabro León Lavín el final del partido, la afición local celebró con alborozo el ascenso que desde años ansiaba, mientras que los aficionados extremeños eran retenidos en su ubicación por la Policía, que tuvo que intervenir con dureza con el fin de evitar altercados como los que hubo una hora antes del comienzo del encuentro.
Los primeros veinte minutos de partido fueron de dominio azulgrana aunque no lograban ver puerta. Solo en un remate de Otero desde el área pequeña que se fue a las manos del portero emeritense, aunque la jugaba estaba invalidada al señalar el colegiado un fuera de juego muy dudoso. Corría el minuto 22 de partido. Un par de minutos después, Nuño empaló con la izquierda un balón en el punto de penalti que salió muy cerca de la escuadra blanquinegra.
Los langreanos eran superiores y solo les faltaba el gol que premiase su dominio. Por su parte, en toda la primera mitad, el Mérida sólo llegó al área de Guillermo en un balón que centró desde la izquierda Boro y al que no llegó en el punto de penalti Troitero ya que se lo impidió Nuño anticipándose de cabeza a los intentos del pequeño diez extremeño.
Mansilla estuvo providencial en una acción que pudo suponer el primer gol langreano. El jugador visitante salió al cruce para evitar la internada, desde atrás y con mucha fuerza, de Nacho Méndez que ya se llevaba el balón controlado.
Tangana y expulsión
En el minuto 44, Pedro Oliva se coló dentro del área asturiana y sacó un fuerte disparo a bocajarro que despejó Guillermo sobre la línea de gol, el rechace fue a caer a los pies de Santi Amaro que cuando solo la tenía que empujarlo, lo mandó a la cepa del poste izquierdo. El guardameta asturiano se alió con la suerte. Con estas dos acciones del equipo emeritense se acabó la primera parte, con un Langreo que presionaba más sobre el rival y dominaba, pero sin gol y con un Mérida sin apenas juego pero con la más clara ocasión de los primeros 45 minutos de partido. La suerte también participa en el fútbol y muchas veces de manera decisiva.
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