31-03-2008 (Fuente: El Comercio)
Corría el minuto 35 de la primera parte cuando el medio centro del Avilés Mimi quiso controlar un balón en la banda derecha. Ginés Rodríguez, lateral derecho del Langreo, quiso evitar el control y los clavos de la bota de Mimi se quedaron literalmente grabados en la cara del defensa langreano. Se desplomó al suelo y perdió el conocimiento, ya que no podía respirar.
El central avilesino se llevó las manos a la cabeza, desconsolado por el efecto de su acción, totalmente fortuita.
La fisioterapeuta del Langreo, Leticia Rodríguez, a la sazón hermana del jugador accidentado, intentó reanimarle por todos los medios. Pasaban los minutos y Ginés, tendido en el césped, no reaccionaba. Tiene los tacos completos marcados en la cara, diría después. Ginés tenía dificultades para respirar ya que se había quedado co la boca cerrada y el cuello torcido. La ambulancia tardó unos 20 minutos en llegar, mientras que por la grada se buscaba un médico a la desesperada. Los 20 minutos se hicieron interminables, Mimi sollozaba mientras los jugadores del Langreo y el Avilés le daban ánimos. El recuerdo de el sevillista Puerta estaba en el ambiente del Nuevo Ganzábal y mantenía a la grada, a los miembros de los dos equipos y al el trío arbitral en absoluta tensión.
Pasados 20 minutos que se hicieron eternos, los médicos de urgencias aplicaron a Inés Rodríguez una cánula de Guedel, un tubito de plástico que se introduce en la boca de la víctima y evita la caída de la lengua y por tanto facilita la respiración.
El árbitro suspendió el partido, por consenso absoluto entre ambos equipos, el equipo de árbitros. Iba un gol a favor del Avilés marcado en el minuto 27 por Rubén, pero eso era lo de menos, decía un grupo de aficionados a la salida del campo.
Ginés habló con Mimi antes de abandonar el campo y cuando ya había recuperado la consciencia. Quedó claro que había sido un golpe fruto de la casualidad.