31-03-2008 (Fuente: El Comercio)
Todo se quedó en un susto. Pero de los grandes. Nervios, carreras, temores, gritos, angustia La caída de Ginés al suelo en el partido del Nuevo Ganzábal entre el Langreo y el Avilés provocó un mar de sensaciones y recuerdos desagradables y la suspensión del encuentro en el minuto 35 de la primera parte, a instancia de jugadores, entrenadores y trío arbitral.
Un patada en la cabeza, fortuita, por parte del futbolista del Avilés Mimi provocó que el lateral derecho del equipo langreano se desplomase. Cayó con la cabeza doblada hacia su derecha y no se movía. Inconsciente sobre el sintético, estuvo a punto de tragarse la lengua, pero su hermana Leticia -fisioterapeuta del Langreo- lo evitó, al tiempo que el técnico local Paco y un aficionado que saltó al campo le colocaban la cánula de Guedel. La ambulancia estaba a la puerta del estadio, pero hubo que esperar a una medicalizada, que tras estabilizar las constantes vitales del jugador lo trasladó al Hospital Valle del Nalón. Abandonó Ganzábal consciente, mientras los aficionados seguían sin creerse lo que estaba pasando.
Ginés Rodríguez Moral (10 de diciembre de 1986) evoluciona favorablemente en el Hospital Valle del Nalón. Pese a lo aparatoso de la jugada en la que Mimi le pegó una patada en la cabeza, se encuentra consciente y ya piensa en abandonar el centro hospitalario cuanto antes. Incluso habló por teléfono con Mimi, que nada más darse cuenta del golpe fue el primero en atender al lateral del Langreo.
«No lo vi No lo vi ». Era lo único que acertaba a decir Mimi cuando iba camino del vestuario después de que se suspendiese el partido entre el Langreo y el Avilés. Un balón despejado en globo le cae a Pablo López, que le da blandito y picado. Mimi intenta llegar al balón levantando el pie, en exceso, pero se le adelanta Ginés con la cabeza, que tras dar al balón recibe la patada del mediocentro del Avilés.
Mimi se llevaba las manos a la cabeza y urgía a todos para que acudiesen rápido a auxiliar a Ginés. Fue el primero en darse cuenta de la gravedad de la situación. Los demás no tardaron nada en seguirle. La hermana de Ginés acudió rauda a atenderle y también Íñigo Rodríguez, el 'fisio' del Avilés.
Mandíbula trabada
«Tenía los dientes apretados y no respiraba. Además estaba con el cuello torcido y no había manera de evitar que se tragase la lengua». Íñigo llegó al tiempo que Paco y un aficionado, que junto a Leticia, consiguieron abrirle la boca, no sin recibir algún mordisco porque Ginés tenía la mandíbula trabada.
Finalmente entre todos consiguieron hacer una hiperextensión del cuello hacia atrás y abrirle la boca para colocarle la cánula de Guedel. Se trata de un material plástico que, introducido en la boca de la víctima, evita la caída de la lengua y la consiguiente obstrucción del paso del aire.
Las carreras se sucedían. Varios jugadores del Langreo se dirigían a la ambulancia que se encontraba en la puerta del estadio. Paul y Jonás González saltaban la valla metálica e introducían la camilla en el campo. Los gritos pidiendo un médico eran constantes. Los jugadores se arremolinaban alrededor de los que estaban en el suelo mientras que otros se mantenían a distancia y a la espera de la pronta evolución.
Fallo en la infraestructura
Las sirenas de la UVI móvil comenzaron a oirse, anunciando su llegada. Habían pasado unos 20 minutos desde que Ginés se desplomara. Le consiguieron estabilizar las constantes vitales. Comenzó a serenarse el ambiente y el mayor susto parecía que había pasado mientras que el jugador langreano, que afronta su segunda temporada en Tercera División, recuperaba la consciencia. Los compañeros comenzaron a gastarle alguna broma y la camilla fue sacada rodeando el campo.
Según informaron fuentes del hospital, el jugador «está bien». «Está consciente aunque no recuerda bien el momento del golpe. Está a la espera de que se le practiquen más pruebas», explicaron.
El futbolista permanecía estable en el hospital, donde recibió la visita de algunos compañeros, de miembros de la directiva del Langreo y de su familia, que se trasladó desde el campo.
Su hermana Leticia fue una de las personas que consoló a Mimi. «No fue culpa tuya. Tranquilo», le decía mientras le daba el número de móvil de su hermano. El jugador del Avilés provocó que Ginés acabase en el hospital y por ello estaba hundido, conmocionado por lo sucedido.
Y eso que era el derbi más tranquilo de todos los que han disputado el Langreo y el Avilés, que han sido muchos. Por suerte, todo quedó en un susto. Ginés permanecerá en observación en el Valle del Nalón y se le realizarán pruebas para descartar cualquier lesión posterior.